lunes, 22 de junio de 2015

LA IDEA DE UN ESPACIO SUPERIOR

LA IDEA DE UN ESPACIO SUPERIOR
Por: Ouspensky

LA CUARTA DIMENSIÓN………

La idea de la cuarta dimensión surgió del supuesto de que, además de las tres dimensiones conocidas por nuestra geometría, existe una cuarta.

Inaccesible y desconocida para nosotros por alguna razón, o sea, que además de las tres perpendiculares que conocemos es posible una cuarta perpendicular misteriosa.

En la práctica, este supuesto se basa en la consideración de que el mundo contiene muchas cosas y fenómenos acerca de cuya existencia real no puede haber duda, pero que trascienden cabalmente la medición en largo, ancho y alto, y están, por decirlo así, fuera del espacio tridimensional.

Podemos tomar como realmente existente aquello que produce cierta acción, tiene ciertas funciones, representa la causa de algo más.

Lo que no existe no puede producir acción alguna, no tiene función, no puede ser causa.

Pero hay diferentes géneros de existencia.

Está la existencia física, reconocida por acciones y funciones de cierta índole; y está la existencia metafísica, reconocida por sus acciones y funciones.

Una cosa existe, y la idea del bien y del mal existe.

Pero no existen en el mismo sentido.

Un mismo método de demostración de la existencia no puede servir para demostrar la existencia de una casa y la existencia de una idea.

UNA IDEA………

Una casa es un hecho físico, una idea es un hecho metafísico.

Los hechos tanto físicos como metafísicos existen, pero existen de modo diferente.

A fin de demostrar la idea de la división del bien y del mal — o sea, un hecho metafísico— deberá demostrarse su posibilidad.

Esto será suficiente.

Pero si demuestro que una casa, o sea un hecho físico, puede existir, de ningún modo eso significa que realmente exista.

Demostrar que un hombre puede poseer una casa no es prueba de que realmente la posea.

Además, nuestra relación con una idea y con una casa es muy diferente.

Por medio de cierto esfuerzo, puede destruirse una casa: la puede incendiar o demoler.

La casa cesará de existir.

Pero trátese de destruir mediante esfuerzo una idea.

Cuanto más se luche contra ella, cuanto más se la discuta, refute y ridiculice, esa idea más crecerá, se difundirá y cobrará fuerza.

Por otro lado, el silencio, el olvido, el no-hacer, la "no resistencia" aniquilarán, o en todo caso debilitarán esa idea.

Pero el silencio, el olvido no perjudicarán a una casa ni a una piedra.

Está claro que la existencia de una casa y la existencia de una idea son existencias diferentes.

Sabemos muchísimo de existencias diferentes de ese tipo.

Un libro existe y el contenido de un libro existe.

Las notas existen, y la música que éstas contienen existe.

Una moneda existe y el valor de compra de una moneda existe.

Una palabra existe y la energía contenida en ella existe.

Por un lado, vemos una serie de hechos físicos; por el otro, una serie de hechos metafísicos.

Hay hechos del primer género y hechos del segundo género; ambos existen, pero existen de modo diferente.

Desde el corriente punto de vista positivista parecerá muy ingenuo hablar del valor de compra de una moneda separadamente de ésta; de la energía de una palabra separadamente de ésta; del contenido de un libro separadamente de éste, y así sucesivamente.

Todos sabemos que ésta es sólo "una manera de hablar", que en realidad el valor de compra, la energía de una palabra, el contenido de un libro, no tienen existencia; son sólo conceptos por medio de los cuales designamos una serie de fenómenos de algún modo conectados con la moneda, la palabra y el libro, pero en realidad muy separados de ellos.

¿Pero esto es así?

Decidimos no aceptar nada como datos y, en consecuencia, no debemos rechazar nada como datos.

En las cosas no sólo vemos un aspecto externo sino también un contenido interno.

Sabemos que este contenido interno constituye una parte inalienable de las cosas, habitualmente su esencia principal.

Y muy naturalmente nos preguntamos dónde está y qué representa.

Vemos que este contenido interior no está en nuestro espacio.

LA IDEA DE UN ESPACIO SUPERIOR………

De modo que concebimos la idea de un "espacio superior", que posee más dimensiones que el nuestro.

Nuestro espacio llega a ser entonces parte de un espacio superior, por decirlo así, o sea, empezamos a suponer que conocemos, sentimos y medimos sólo una parte del espacio, la parte que es medible en largo, ancho y alto.

Ouspensky


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